Seis sesiones de carrera (no vamos a contar las otras 10 sesiones de entrenamiento en mi casa, GlobalFitBox), ocho horas y dos minutos de entrenamiento, 91.2 kilómetros completados y unas 19.000 kcal consumidas en total (eso casi tres kilogramos de grasa, pero habría que nivelar las consumidas por las ingeridas)… Ese ha sido mi plan para descargas las patas después de una semana, que no he documentado aquí, en la que corrí 5 sesiones semanales de 12 kilómetros cada una por debajo de la hora… Una puta locura.

Hoy estoy aquí, de vuelta, desde el salón de mis abuelos, bueno, ahora de la casa del pueblo de la familia, donde vivieron los padres de mi madre y donde mis hermanos y yo pasamos una infancia maravillosa y unos veranos que nunca olvidaré, supongo que será por eso que me he venido aquí, después de más de 20 años sin pisar el pueblo, a buscar la paz en un entorno maravilloso haciendo lo que más me gusta… CORRER!!!

¿Y por qué te cuento todo esto? Primero porque me apetece, jajaja, segundo porque en breve nacerá #freerun, entrenamientos en la montaña que quiero compartir con todas aquellas personas amantes de la paz y la naturaleza, fuera del estrés de la ciudad y de las carreras oficiales.

Si, vuelvo por aquí después de una gran desconexión, después de que mi vida haya dado más vueltas que una peonza, eso si, una vida que estoy disfrutando cada día más, porque de lo que estoy seguro, es que cuando llegue a mayor me podré decir… César, que poco te aburriste joder!!!

Nos vemos corriendo… César Millán.